Del 05 Dic 2018 al 05 Dic 2018
Alrededor de las 9,5 millones de toneladas de plástico que se arrojan cada año a los océanos, entre el 15 y el 31% son microplásticos, según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Estos “pueden provenir tanto del vertido de basuras y materiales que se van degradando hasta fragmentos de tamaño inferior a 5 mm de diámetro, o bien de nanopartículas empleadas en formulaciones farmacéuticas o industriales con diámetro inferior a una micra, por ejemplo, en cosméticos o farmacología”, explica Nicolás Olea, catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada – Hospital Universitario S. Cecilio y científico en el Instituto de Investigación Biosanitaria.
Recientes estudios han demostrado que los productos derivados del petróleo, que contaminan la naturaleza y el medioambiente, están en decenas de alimentos que consumimos diariamente.
Un trabajo de la Universidad de Alicante, ha identificado trazas de plásticos en la sal de mesa que llega a los consumidores y un informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) encontró una presencia notable de estos polímeros en 69 de los 102 alimentos de origen marino analizados en este estudio. Todos ellos presentes en una dieta variada en España.
Además, una investigación publicada durante la Semana Europea de la Gastroenterología de 2018 ha localizado microplásticos en los intestinos y deposiciones de las personas de varios países como Japón, Reino Unido o Austria. Unos elementos que pueden afectar negativamente al aparato digestivo, entre otras posibles consecuencias, según sus autores.
Un problema de alcance global
El problema de los microplásticos es relativamente reciente y la investigación sobre sus consecuencias en la naturaleza y en la salud humana aún están por determinar.
“No se conoce casi nada de la toxicidad de los microplásticos en sí mismos aunque algo se sabe sobre los nanoplásticos. El mayor problema de dicha toxicidad parece ser debido a sus componentes, a los aditivos que puedan tener y a los contaminantes que absorben”, advierte Olea.
También detalla además que “el 95% de la población infantil en España orina todos los días componentes de los plásticos, ya sean monómeros como el bisfenol-A o aditivos como los ftalatos y parabenos”.
Unos elementos que pueden tener efectos graves sobre la salud, especialmente en el sistema hormonal, ya que pueden alterar el funcionamiento endocrino, según los expertos.
Varios análisis realizados en los últimos años han localizado trazas de microplásticos en todo el planeta. Desde el fondo de los océanos hasta los glaciares del Himalaya o los hielos perpetuos de la Antártida.
El origen de esta contaminación es provocado al cien por cien por la acción humana debido al arrojo de residuos o una inadecuada gestión de las basuras. Según detallan desde Greenpeace, todos los días en España se ponen a la venta 50 millones de envases de bebidas en material plástico de los que sólo se recuperan 20 millones.
Medidas para luchar contra la contaminación por microplásticos
De hecho, estas basuras han conseguido situar al Mediterráneo como uno de los mares más contaminados y con mayor densidad de plásticos del planeta.
“Se habla mucho de los océanos pero muchos ríos están más contaminados que los mares”, apunta Julio Barea, responsable de campañas de Consumo y Biodiversidad de la organización ecologista Greenpeace.
“El mayor problema que tenemos en el planeta es el cambio climático, pero respecto a la cuestión de los plásticos, no se celebran cumbres ni hay medidas globalizadas, y no se cesa cada día de generar plástico”, afirman desde la organización.
La solución para reducir la contaminación por plásticos pasa por una reducción de su uso, una mejora eficaz de su gestión, la sustitución por bioplásticos y una concienciación social para evitar arrojar residuos al medio ambiente.
En esta línea, la Unión Europea ha adoptado una serie de medidas para controlar el uso de bolsas de plástico y ha sugerido la prohibición de elementos de plástico de un solo uso como cubiertos, vasos o las tradicionales pajitas.
“La contaminación de los plásticos es uno de los grandes retos de la humanidad del siglo XXI y si no le ponemos freno, tendrá graves consecuencias”, advierte Barea sobre la importancia de este problema señala la necesidad de realizar estudios para identificar cuáles son las consecuencias de ingerir este tipo de plásticos en el ser humano y en los animales.
Fuente: https://www.ambientum.com/ambientum/residuos/microplasticos-contaminacion.asp