Compras con el mínimo empaque posible.
No uso de cubiertos, platos, tazas o vasos desechables.
No uso de empaquetados individuales.
No uso de bebidas embotelladas.
Uso de toallas de tela en los baños.
Reuso de cuadernos con los que se arman nuevas libretas para los asistentes a los cursos y talleres.
Reaprovechamiento de materiales.
Consumo a productores o comercializadores locales.
Consumo de alimentos sanos.
Uso responsable de los equipos de aire acondicionado (equipos de bajo consumo energético).
Ahorro energético a través de uso de luz natural y de lámparas de bajo consumo.