Del 12 Nov 2018 al 12 Nov 2018
Un millón de botellas de plástico se compran cada minuto en todo el mundo y 500 mil millones de bolsas de plástico desechables se usan cada año. El plástico que termina en los océanos como desecho puede rodear la Tierra cuatro veces y puede permanecer en el mar hasta mil años antes de que se degrade por completo.
Además, mientras está en el agua puede ser ingerido y acumularse en el cuerpo/tejidos de muchos organismos. Desde hace años, los análisis en peces o en aves como las gaviotas encuentran partículas microplásticas regularmente en el sistema digestivo y (en cantidades más pequeñas) en otros tejidos.
Los microplásticos y nanoplásticos son pequeñas partículas de plástico, menores de 5 milímetros los micro y de 0,1 micrómetros los nano, ademas de por degradación de los envases plásticos, los podemos encontrar en cosméticos y productos de higiene, como la pasta de dientes, cremas exfoliantes, protectores solares, cremas de afeitar e.t.c. Sus peligros para la salud humana y el medio ambiente están demostrados por varios estudios científicos. El daño más grave se registra principalmente en hábitats marinos y acuáticos. Según investigaciones recientes, la sopa de polímeros y microfibras textiles sintéticas tiene un aroma que los peces encuentran exquisito. Así, el 15-20 por ciento de las especies marinas que terminan en nuestras mesas contienen microplásticos, más del 90 por ciento de las marcas de sal que comemos contienen microplásticos y de hecho ya existen estudios que han encontrado microplásticos en heces humanas.
El riesgo es, por lo tanto, también para los seres humanos: los contaminantes liberados por los microplásticos y nanoplásticos están en nuestro cuerpo. Tales contaminantes pueden interferir con el sistema endocrino humano y producir alteraciones genéticas.
Los datos alarmantes no terminan aquí: cada kilómetro cuadrado de océano contiene un promedio de 63.320 partículas microplásticas, con diferencias regionales significativas. Por ejemplo, en el sudeste asiático, el nivel es 27 veces mayor que en otras áreas. El Mediterráneo es uno de los mares más contaminados del mundo: el 7 por ciento de los microplásticos de todo el mundo se concentran aquí. Además, hay cinco regiones oceánicas donde, debido a las corrientes, se acumulan las mayores cantidades de residuos.
Las asociaciones ambientales, pero no solo, empujamos para que se siga el camino ya trazado por muchos países que están implementando regulaciones contra estos contaminantes, incluido Estados Unidos, que por ejemplo ha prohibido la producción de cosméticos que contienen microplásticos desde julio de 2017. Unión Europea, Francia y Reino Unido también van en la misma dirección aunque demasiado despacio y de manera fragmentada, no como el grave problema global que sin duda és.
Consejos
En lo referente a los cosméticos, debemos dejar de utilizar cosméticos que tengan entre sus ingredientes PE (polietileno), PET (Polietileno tereftalato), PP (Polipropìleno) o PMMA (Polimetil metacrilato).
Se puede optar por productos de cosmética natural, que no contienen estos plásticos, ni tampoco contaminantes hormonales.
El camino ha de orientarse necesariamente a la reducción del plástico, debemos gestionar la dependencia que tenemos de este material omnipresente, sustituyendolo por alternativas no contaminantes, biodegradables. En los casos en los que no quede más remedio, es fundamental aumentar el reciclado y dado que el 40 % del plástico producido en Europa se destina a la producción de envases, la introducción de sistemas de depósito y retorno de envases (SDDR) es una medida imprescindible de demostrada eficacia.
Fuente: https://ecologistaspalencia.wordpress.com/2018/11/08/plasticos-emergencia-ambiental/?fbclid=IwAR1bUuPrM290s0a1KrJP1ao6kJ0g4WOfvzcVFJGLwb4V-Lhdr8_zIXowU5g